Solvente incorporación a la oferta nipona y japoperuana, la más potente y selecta de las curiosidades gourmets matritenses.
FERNANDO EL SANTO, 29 esquina Castellana (Colón)
Aparacacoches. Cerrado sábados a mediodía y domingos.
Precio aprox. 80€
Entre nosotros, el gusto se ha convertido en el más rebelde de los sentidos. Hasta hace poco, los sociólogos proclamaban que era más fácil renunciar a la religión que a los hábitos alimenticios. Y ponían como ejemplo a los italianos en Nueva York, que nunca cesaban de comer pasta y mortadela. Nuestra latinidad debe ser más liviana, pues, al menos en el medio urbano, prospera la afición oriental, con visos de permanencia, un signo cosmopolita y positivo, en todo caso.
Este reciente Nikkei que evoca el índice bursátil de Tokio, afín a su promotor financiero, más que la tendencia culinaria japoperuana del chef asociado, suma partidarios que no merman concurrencia a firmes antecesores como Kabuki, Soy, Miyama o 99. Aporta un escenario con envergadura y calidez en su mobiliario y piso textil; luminosidad en los ventanales y el alabastro traslúcido de su restringida barra, madurez con Luis Arévalo al frente, un sushiman bregado en Europa y América. Es sutil en su usuzukuri de salmonete con salsa ponzu; atrevido en el ceviche erizos, aunque al filo de mermar la plenitud sápida de sus ricas gónadas; suculento en el sashimi de carabinero con una guarnición memorable de crujiente de yuca y ensaladita de quinoa; perceptible en la laxitud de la tempura de ortiguillas; escueto en el gunkan de tartar de vieiras con salsa huancaína y crujiente de algas, y original, tanto en el niguiri de waygu con huevo frito como el del delicado pez mantequilla rectificado con salsa de anticucho y cilantro.
El ambiente. Una competente esquina de la castellana, con el bar Tomate enfrente y Astrid y Gastón a un paso.
La carta. Audaz e ineludible colofón de helado de wasabi, polvo de chocolate, .ousse de avellanas y gel de hibiscus (9€).
El servicio. Dominio de la sala gobernada por Lai Rueda y la amabilidad de Vanesa Vasques.
El vino. Selección internacional en su cava visita y un potente blanco Viogner, de Vallegarcía (23 €), propicio a todo el menú.
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